18/11/09

¿Un pie dentro y otro fuera?



El pasado sábado, mi esposa me despertó para que me despidiese de dos de nuestros hijos, que ya casi salían por la puerta. Nos habíamos acostado tarde, ayudándoles en sus preparativos. Les despedí a ellos, pero durante la hora siguiente estuve viviendo (?) en dos dimensiones a la vez. Cuando me despertaron, en mi sueño estaba precisamente charlando con ellos de los detalles de su marcha. Pues bien: mientras estuve luego preparando el café con leche y las tostadas de todas las mañanas, y charlaba con mi esposa desayunando, yo seguía viviendo también y al mismo tiempo en -¿cómo decirlo?- en la otra dimensión: la de los sueños. Lo onírico y lo real comiendo juntos. No es que desee que me vuelva a ocurrir, pero fue una experiencia interesante. y, si cabe, hasta un tanto divertida: para mí, porque mi esposa se asustó al verme tan ido.

Por eso, un par de horas después estaba yo tumbado en la camilla de un box del hospital. Durante cuatro horas me practicaron cuantas pruebas entendieron que eran precisas y me devolvieron a casa con el siguiente diagnóstico: “Síndrome confusional aislado autolimitado”. Pues, vale, y muchas gracias.

No han quedado secuelas, dicen los galenos. Pero se equivocan; hay una: digan lo que digan, viví la experiencia de estar con un pie dentro, en la esfera onírica, y el otro fuera, en la esfera real de todas las mañanas. No lo comentéis demasiado fuerte por ahí, no sea que os oiga Freud y se levante de la tumba para reñirme, o envíe a algunos de sus seguidores a hacerme preguntas.

Quería cerrar esta batallita tan reciente comentando que cabe que, cuando me despertó mi esposa, estuviera profundamente dormido en lo que los especialistas del sueño denominan fase… No lo escribo, porque me suena a marca de leche. De todos modos, tampoco lo tengo muy claro.

    6 comentarios:

    Anónimo dijo...

    Me encanta como afrontas las "situaciones extrañas", sin miedo. Eres un ejemplo para todos.

    Un beso

    José Luis López Recio dijo...

    Una experiencia muy interesante; no sabía que eso podía pasar. me alegro de que esté bien.
    Saludos

    El Ratón Tintero. dijo...

    Pues si eso no tiene secuelas me gustaría experimentarlo alguna vez ;-)
    Lo más parecido que me ha ocurrido, y muchas veces, es despertar por la mañana sin tener ninguna noción de dónde estaba, qué día era, o qué tenía que hacer. Los sueños tan profundos tienen esas cosas, y como dices es divertido, y hasta placentero.

    el abuelo dijo...

    ¡Buenos días, Anónimo!

    Gracias por la valoración generosa que haces de cómo abordo mi situación. Con los años, he aprendido que lo único que realmente me daría miedo sería ser esclavo del miedo. Y otra cosa: creo todos somos ejemplo para otros en algunas cosas. Seguro que tú mismo/a lo eres para quienes te conocen.

    el abuelo dijo...

    Estimado Joselop44:

    Gracias por interesarte por mi salud. Estoy bien... metido entre doctores, a ver qué pasa. Por el momento, es estupendo saber que le aprecian a uno.

    Un muy sincero saludo.

    el abuelo dijo...

    Querida Ratón Tintero:

    ¡Menuda experiencia. esa de levantarte y no saber exactamente dónde estás! La conozco. La vida me va enseñando que hay que estar abiertos a experimentar cuantas cosas nos ocurren, incluso cuando, de entrada, parezcan negativas. En el alabique del optimismo siempre podemos cambiarlas en otra cosa, ¿no?

    Gracias por seguir visitándome.