20/12/09

¿Dónde está Dios?



«Dios está en el lugar donde le hemos dejado.» Oí esta frase el otro día y me pareció que, así, de entrada, puede parecer muy pretenciosa. ¿Dios esperando que regresemos? ¿Dónde le dejamos? ¿Qué clase de Dios es éste que nosotros podemos haberle dejado esperándonos? Supongo que las respuestas a estas preguntas dependen de la idea que tengamos de quién es Dios, si es que somos capaces de tener alguna idea que nos satisfaga medianamente, y de quíénes somos nosotros.

Pero, claro, Jesús de Nazaret –dentro de unos días, recordaremos que María rompió aguas aquella noche en un humilde establo- nos ha enseñado que Dios es Padre, con todo lo que eso implica de amor cuidadoso. Entre las cosas que dijo acerca de él, me ha venido a la mente lo que se conoce como la parábola del hijo pródigo. No sé por qué la llaman así, porque el protagonista no es el hijo pequeño que le pide a su padre la parte de la herencia que le corresponde porque se quiere ir de la casa paterna a vivir sus propias aventuras. El protagonista es el padre, que, primero, le da lo que le pide y respeta su libertad de marcharse, y luego, cuando el joven llega literalmente hecho polvo, le rodea con sus brazos y le prepara una fiesta de bienvenida.

Mientras estuvo por ahí, malgastando lo que el padre le había dado, se acordó muy poco de su hogar. Pero cuando se quedó sin nada y solo, y tuvo que pechar con un trabajo que no le daba ni para comer, reflexionó: el texto dice que “volvió en sí”, lo que implica que hasta ese momento estuvo “fuera de sí”. Y volvió a casa, y su padre le estaba esperando en el mismo lugar donde el hijo le había dejado: en la puerta de su casa.

He recordado esa emocionante historia porque con ella Jesús enseñó, y sigue enseñando, que «hay gozo en los Cielos por un pecador que se arrepiente»: el gozo de Dios, que está en el mismo lugar donde le dejamos. Saber que hay un Padre que nos espera si queremos volver a Casa es una buena noticia, ¿no?

    2 comentarios:

    Jose Antonio dijo...

    A veces hay que preguntarse ¿Dónde estamos nosotros?
    Dios permanece cercano...es su amor eterno e incomprensible para nosotros el que le mantiene cerca...más cerca de lo que ha veces nos parece.
    Somos nosotros, los que como aquél hijo de la parábola de Jesús, nos apartamos de nuestro Creador para intentar vivir nuestra propia vida. Sin compromisos. Sin tener que rendir cuentas a nadie. Tomándo lo que la "vida" nos ofrece (o nos quita).
    Tu reflexión siempre será una buena noticia. Tenemos a un Padre que no se cansa de esperar... porque es un Dios eterno y su amor es también eterno.

    Gracias por recordarnos nuevamente la buena noticia.

    Un abrazo.

    el abuelo dijo...

    Estimado José Antonio:

    Tu reflexión me ha traído a la mente un texto bíblico: "Cercano está el Señor a los que le buscan, a los que le buscan de veras". Me pregunto muchas veces por qué hay tantos que no le buscan, al menos de eso presumen algunos. ¿Se habrán cansado de no encontrarle en donde les habían dicho que estaba: en la Religión?

    Gracias de nuevo, amigo.