21/4/09

La parábola de la “foguera”


La falta de entusiasmo de una gran parte de nuestra juventud es semejante a la experiencia de aquel paisano que, viajando por Asturias, se sorprendió de ver que en la mayoría de los pueblos se yergue un altísimo tronco.

Cuando se detuvo en uno de ellos para preguntar qué significaba, le explicaron que era la “foguera”, lo que en otros lugares se conoce como “cucaña”. Todas las primaveras, los varones del lugar van al bosque en busca del eucalipto más alto, lo talan, le cortan las ramas, lo descortezan y lo cargan sobre sus hombros hasta la plaza o la explanada señalada para la fiesta. Cuelgan una bandera y algún obsequio en el extremo más delgado e izan el tronco entre todos, con la ayuda de cuerdas, hasta dejarlo en el hueco que han abierto. Ya está levantada la “foguera”. Alguien le comentó que, hace años, esta fiesta solía estar relacionada con la despedida a los mozos del pueblo que se iban a cumplir el servicio militar.

“¿Se trata de subir para alcanzar el premio?”, preguntó a uno de aquellos fatigados varones. Y le dijeron que sí. Y cuando quiso saber si eran muchos los valientes que se arriesgaban a subir, le dijeron: “Ahora ya no. Antes, los guajes se peleaban para subir el primero; pero eso pasó a la historia. Los jóvenes de hoy no se entusiasman ya por estas cosas. `¿Para qué?´, dicen. Parece que no sienten la necesidad de demostrar su fuerza, ni de encandilar a las muchachas alcanzando el premio”.

Y nuestro paisano, ya de regreso, se preguntaba si aquel entusiasmo para enfrentar el reto estaría relacionado, y un tanto determinado, por las excesivas facilidades que tienen hoy para conseguir cualquier cosa que deseen. ¿Para qué subir a buscar nada si me lo bajan otros?


2 comentarios:

Jona dijo...

Creo que has dado de lleno: el esfuerzo no entra en su vocabulario... Aunque, visto de otro modo, los realities de la televisión, como "OT" o "Gran Hermano" ¿no serán las "fogueras" de nuestro siglo XXI?

el abuelo dijo...

Querido Jona:

Es interesante tu sugerencia de que tal vez esos programas de "competición" de la TV pudieran ser las "fogueras" de nuestro siglo XXI. Anque en algunos de esos realities los concursantes más bien parecen competir sobre quién anda más despistado por la vida. Pero eso sería otra cosa...

Gracias.