En nuestro hogar acaba de iniciarse un zafarrancho de combate de los de aúpa: nuestros hijos nos han convencido de que en esta etapa de nuestra vida –ahora que ya estamos solos de nuevo- le era poco menos que imprescindible a nuestra vivienda un cambio de imagen.
Así que el hecho de estar “en pie de guerra” me va a impedir enviaros batallitas por unos días. No voy a disponer desde este momento ni de la tranquilidad ni del espacio necesarios; incluso ni del ordenador, porque hay que protegerlo de los posibles daños colaterales.
Si sobrevivo, estaré de nuevo con vosotros. Os voy a echar de menos, porque os estoy cogiendo mucho cariño. Gracias.
Así que el hecho de estar “en pie de guerra” me va a impedir enviaros batallitas por unos días. No voy a disponer desde este momento ni de la tranquilidad ni del espacio necesarios; incluso ni del ordenador, porque hay que protegerlo de los posibles daños colaterales.
Si sobrevivo, estaré de nuevo con vosotros. Os voy a echar de menos, porque os estoy cogiendo mucho cariño. Gracias.